Menos mal que no sólo hablo de seres queridos que se han ido. Hoy le doy la bienvenida a este mundo a nuestro a Ian. Xoan. Juan. John. Ivan. Pues eso, nuestro Ian llegó al mundo ayer a las 12:30 del mediodía; nada de darle la murga a su madre de madrugada. Vino para el aperitivo, a una hora decente.

Todavía no lo he visto. He visto fotos. Pero no es lo mismo. Por eso, el ansia de verlo en vivo y en directo, me hace fantasear con los besitos que le voy a dar, los achuchones, los colos (para los no-gallegos, colo=coger en brazos… más o menos, porque el colo es como un lugar que tenemos los humanos para acoger a humanos pequeñitos), las canciones para aburrirlo hasta que se duerma… en fin, esas cosas.

Soy «algo-abuela», porque es el nieto de mi prima, pero como no tiene hermanos ella, pero estamos mi hermana y yo como sucedáneos, pues ya me empiezan a llamar «tía-abuela»… que me hace gracia, por decir algo. Algo me hace, eso sí.

Bueno, Ian, que ya te queremos todos, que estaremos ahí cuando vengas con las rodillas crismadas porque te caíste de la bicicleta o jugando. Bienvenido a este mundo que hemos construido y, por favor, entre tú y los de tu quinta, a ver si hacéis algo mejor, más humano.

Bienvenido, Ían.

Tu tía abuela, o lo que sea…